Fermín Crespo (Centro UNESCO): «Hay que fortalecer a la prensa para defender a la sociedad de la propaganda del terrorismo, de la xenofobia y de la expansión de la mentira»
María Durán / Elche
La Asamblea Nacional de las Naciones Unidas de 1993 declaró el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa (DMLP). Esta celebración global sirve para informar a los ciudadanos acerca de las violaciones a la libertad de prensa, así como para recordarles que en decenas de países en el mundo las publicaciones son censuradas. Fermín Crespo (Elche, 1964) es experto en comunicación, miembro del centro UNESCO Comunidad Valenciana y socio director de Posicionamiento Estratégico y Comunicación de la empresa ATAMA.
¿Qué cree que supone el 3 de mayo para la libertad de prensa? ¿En qué contribuye?
Desde el centro UNESCO Comunidad Valenciana, que promueve las actividades de la organización en nuestro territorio, consideramos que esta fecha nos permite centrar la atención en determinadas cuestiones socialmente relevantes. En este caso, porque la libertad de prensa no solo está en entredicho en los países totalitarios, sino también en los democráticos. El uso restrictivo de internet, las acciones para controlar el pensamiento y la línea editorial por parte de la administración y de los grupos de presión ponen juego una cuestión vital para la libertad de información veraz y de calidad.
¿De qué modo afectan las presiones sobre los medios y los periodistas?
Les hace menos libres, lo que repercute en una sociedad menos informada, menos justa y menos inclusiva. El papel de los periodistas es muy importante, cada vez más. En un contexto en el que se contamina con información no veraz, como el fenómeno de la postverdad, es necesario volver a la raíz del fundamento periodístico: información verificada y ética. Los editores de los medios deben fortalecerse y apostar por una prensa libre y de calidad.
¿Cómo contribuyen internet y las nuevas tecnologías al desarrollo de la libertad de prensa?
Internet permite acceder con medios muy escasos y con escasa inversión a lugares donde antes era imposible llegar. Sin embargo, las administraciones y los gobiernos, tanto democráticos como autoritarios, aprenden muy rápido cómo controlar y manipular la tecnología. A su vez, los grupos de presión han asimilado la influencia que ejercen los medios y tratan de influir en ellos. Como profesionales, tenemos una gran labor: informar para contribuir a una sociedad más culta, libre e inclusiva.
“La libertad de prensa siempre es buena, siempre es sana, porque permite renovar aquello que no es bueno y criticar aquello que no está bien hecho, pero también permite ensalzar aquello que se hizo con coherencia y corrección”
¿Por qué retrocede la libertad de prensa en algunos países, quiénes son los culpables?
No hablaría de culpables, al final todos tenemos culpa de algo. Como dice Antonio Garrigues, “muchas son las culpas y pocas las redenciones”. Al final quien tiene la herramienta tiene el poder. Debemos concienciar a la administración de que cuanto más libres sean los medios de comunicación más saludable será la sociedad. En los países democráticos también.
en las redes. Así se generará una sociedad mucho más culta, capaz de discernir la verdad de la falsedad. No obstante, los periodistas tenemos que hacer una reflexión sobre cómo estamos trabajando, en qué tipo de medios estamos y qué tipo de información hacemos.
¿Cree que mejoraría la situación de países no democráticos como Cuba o Venezuela si triunfase en ellos la libertad de prensa?
Sí, donde hay libertad de prensa, hay más libertad social. Hay una sociedad más justa, porque todo el mundo está fiscalizado. Uno de los grandes papeles de la prensa es controlar al poder, pero no convertirse en contrapoder, situación en la que caen algunos medios. Se debe guardar un magnífico equilibrio entre la opinión ponderada y el papel de gobernante en la sombra. Está perfectamente delimitado. La libertad de prensa siempre es buena, sana, porque permite renovar aquello que no es bueno y criticar aquello que no está bien hecho, pero también permite ensalzar aquello que se hizo con coherencia y corrección.
¿Qué deberían hacer los editores de los medios para respetar estos principios?
Es muy importante que en el accionariado de una empresa editora no haya una presencia tendenciosa. Además, ha de saber guardar la proporción entre la publicidad y la información, buscar los mejores profesionales y dejarles que piensen libremente, pero marcándoles el camino: que contrasten las noticias, apoyadas en documentación y testimonios para transmitir con veracidad aquello que es más relevante. El periodista es una persona que tiene una responsabilidad ante la sociedad, también los editores.
“La UNESCO es una organización poco conformista, busca siempre espacios de mejora y apoya, sobre todo, a los países en los que es más complicado con su acción y difusión que haya un respaldo internacional, para que todos los periodistas puedan desarrollar su labor con libertad”
¿Cómo contribuye UNESCO al fortalecimiento global de la libertad de prensa?
La UNESCO busca que las naciones progresen y se modernicen, y sin libertad eso es imposible. Cuando no hay crítica, ni posibilidad de analizar o de valorar se avanza muy despacio. Las sociedades avanzan deprisa cuando piensan con sentido crítico, y esa es la visión que tiene la prensa ante cualquier acción. La UNESCO es una entidad internacional que pretende dar salvaguarda a los más débiles. Cada cuatro días muere un periodista ejerciendo su labor periodística, es un dato que resalta las dificultades de esta profesión. Nosotros desde UNESCO ponemos el acento en aquello relevante que hay que mejorar. Es una organización poco conformista, busca siempre espacios de mejora y apoya, sobre todo, a los países en los que es más complicado con su acción y difusión que haya un respaldo internacional, para que todos los periodistas puedan desarrollar su labor con libertad.
El contexto y los datos recientes no parecen muy positivos. ¿Es optimista de cara al futuro inmediato?
El futuro depende de los profesionales. Este es un buen momento para que los periodistas cojan las riendas de los medios de comunicación otra vez. Hubo un proceso industrial en el que la dirección editorial pasó a manos de gestores más que de profesionales. Actualmente hay unas generaciones muy bien formadas, tanto en la gestión económica y laboral, como en la profesión. Ellos deben ser los protagonistas de la renovación de los medios de comunicación, para conseguir proyectos ilusionantes en los que la sociedad se vea identificada y que recuperen los valores y la ética, que es lo que un grupo periodístico ha de promover siempre.